La Directiva sobre energías renovables (RED) actualizada de la UE establece objetivos para el uso de energía limpia en la UE, lo que impulsará a la región a triplicar su capacidad instalada eólica y fotovoltaica para finales de 2030.
Pero convertir esta visión en realidad no será una tarea fácil. Incluso el escenario más ambicioso de Bloomberg New Energy Finance predice que la UE tardará cinco años más en alcanzar su objetivo de que el 42,5% del consumo final de energía provenga de energías renovables.
Para cumplir el nuevo objetivo de un aumento adicional del 30%, la UE necesita abordar urgentemente las concesiones y los cuellos de botella de la red que impiden un despliegue más rápido de la energía renovable. Sin embargo, este es sólo un aspecto del problema. Si bien la UE parece tener una estrategia clara sobre cómo aumentar el suministro de energía limpia, los planes para electrificar las necesidades energéticas aún están retrasados.
Si los consumidores no se electrifican, por ejemplo cambiando a vehículos de nueva energía, se desperdiciará el exceso de energía eólica y fotovoltaica, lo que provocará una caída en picado de los precios de la electricidad y suprimirá los ingresos de todas las empresas de generación de energía.